COLOMBIATEX EN PLENO |
HEDONISMO // MODA // Publicado el 28 de enero de 2022 // 20.00 horas, en Bogotá D.C.
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El encuentro anual de la industria textil y de la tecnología puntual se cerró el jueves de la víspera en Medellín, y fue de plenas puertas abiertas. Nada se refrenó salvo en lo que hace a las básicas medidas de prevención de salud. Todo porque la estadística sigue marcando la pauta y nada está asegurado, salvo la protección relativa de las vacunas y de los vacunados que circulan ya con profusión y con menor temor evidente. Esta Colombiatex 2022 plena avanza desde hace tiempos en el tema de la protección del ambiente porque se sabe que la industria textil ha sido por tradición una de las más contaminantes. En esta ocasión una empresa emblemática de los textiles colombianos presentó sus novedades con tejidos biodegradables. También se ensayó la experiencia del metaverso aplicado a la moda. Ponerse al dìa en tecnología es parte de naturaleza de la moda, desde su aparición en Europa, como particularidad cultural de Occidente, hacia el siglo XIV. Es claro que no es lo mismo lo innovador hace seis siglos comparado con el presente, pero sí debe señalarse que la tendencia nunca se apagó ni atenuó a lo largo de ese extenso periodo. Tampoco puede desconocerse que hace unas tres centurias la Revolución Industrial inglesa se apoyó en las máquinas que sacaron la producción textil de la artesanía e inició el proceso de la Modernidad como pensamiento e ideal aplicado a la transformación del mundo. El trabajo de Colombiatex no es en lo específico una convergencia hacia la moda aunque la incluya. Es un encuentro para poner en escenario lo que la tecnología le ofrece a la industria textil, ahora ya no con el propósito inicial lejano del “progreso indefinido”, sino con el objetivo del desarrollo sostenible. Sostenible para que sea posible lo que se pretende sea sin obstáculos hacia el futuro.
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Por lo pronto los organizadores -Inexmoda- han señalado que lo hecho fue un éxito. A estar de los datos presentados hubo un movimiento de circulante cercano a los 8 millones de dólares y una ocupación hotelera por la llegada de interesados, superior al 80 por ciento de la capacidad de recepción en la metrópoli colombiana que oficia de anfitriona. La Secretaría de desarrollo económico de Medellín señaló en la misma línea que se produjo la llegada al punto de coincidencia con el evento de unos 20 mil visitantes tanto nacionales como del exterior y entre ellos más de 400 expositores, además de 12 mil compradores y unos 700 inversionistas extranjeros. En esa masa más de un 50 por ciento manifestó que hizo negocios y dejó atados acuerdos para el cierre posterior de acuerdos. En el mismo rubro la entidad oficial responsable de las exportaciones del país señaló que entre hechos y promesas de negocios, se alcanzaron a sumar mas 6 millones de dólares. En ese paquete más del 50 por ciento de las operaciones correspondieron a los textiles, algo más del 20 por ciento fue para maquinarias en tanto que una cifra semejante correspondió a insumos y ofertas sostenibles.
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Los países que estuvieron presentes a través de sus firmas y representantes directos fueron Turquía, Brasil, India, Italia y Alemania. También llegaron interesados de otros países de Iberoamérica y de los Estados Unidos. Entre los primeros, los hubo de Costa Rica, México, Ecuador y Venezuela. Ese respaldo mueve otras cifras dentro del sector: el consumo de textiles y afines en el ejercicio del año pasado creció más de un 20 por ciento frente al panorama en cifras del año previo -debe hacerse la salvedad que el 2020 tuvo el reflujo de las restricciones pandémicas- y levemente superior a lo alcanzado en 2019. Las exportaciones en este campo crecieron casi un 30 por ciento en comparación con el periodo anterior y apenas un 2 por ciento ante lo ocurrido hace dos años. Debe señalarse que en términos de jerga económica la cota de crecimiento alcanzada por estos rubros en 2021 se considera como un “efecto rebote”, en relación con las limitaciones que generó la pandemia. Se estima que hubo otros 20 mil visitantes de “mirada”, atraídos por las novedades que se presentaron en los diferentes estands. El encuentro se inició de manera oficial el martes 25 de enero.
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En la apertura, la firma antioqueña Lafayette -emblemática de los textiles colombianos- presentó una muestra en colección de telas biodegradables (Green Bio), como apuesta hacia el cuidado ambiental. Lo hizo como parte de la celebración de sus 80 años de vigencia y agregó a la apuesta cuatro variedades de paños para la producción de ropa deportiva. Uno de los tejidos es antibacterias, brinda protección solar y es de gramaje liviano. Otro de los materiales exhibidos, también con el mismo fin de uso, no solo es liviano sino que además permite elongación y es de secado rápido. Otras dos fibras presentadas en la exhibición están destinadas a la confección de sudaderas y pantalonetas. Esta empresa trata toda el agua que utiliza en sus procesos productivos y reutiliza un 50 por ciento, al tiempo que exporta un 35 por ciento de sus productos a más de 20 países y tiene una decena de puntos de ventas en Costa Rica, México, Ecuador y Guatemala. Ese bloque del exterior le deja a Lafayette un 35 por ciento de sus utilidades.
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Sus insumos en los procesos productivos son considerados de “química pura” y están certificados por autoridades internacionales en el tema. Tanto el uso del agua como en el de los químicos, en conjunto con las demás variables de control, son las razones de causa que le han permitido a esta fábrica alcanzar la frontera de la elaboración de productos degradables en ciclo integral. Una deriva y evolución industrial que es básica para una industria de primera línea en la contaminación del ambiente. Cada año se producen en el mundo unos 50 millones de toneladas en hilos para la confección de prendas, tres cuartas partes de las telas acaban siendo arrojadas a cursos de agua y repositorios de basura. Un verdadero drama ambiental, y eso sin tener en cuenta los millones de litros de líquidos y contaminantes que la producción textil sigue lanzando a cursos de vertientes naturales y mares. El conjunto es lo que hace que en escenarios de encuentros internacionales de esta rama industrial como lo es tanto Colombiatex como Colombiamoda -este último en tanto encuentro anual de mitad del año- le han puesto tanto empeño a una producción limpia del ramo textil.
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El pabellón del conocimiento, una de las áreas fundamentales de este tipo de coincidencia de entendidos, empresarios especializados y espectadores curiosos desplegó 23 conferencias, en el curso de los tres días de encuentro. Ocho en los los primeros dos dias y siete en la última jornada. Algunas fueron las de siempre, pero necesarias: tendencias, retos del mercado, innovaciones y estrategias de mercadeo. Fue curioso, pero entre tantas disertaciones hubo apenas dos sobre sostenibilidad en la producción de esa área de transformación que es la de los textiles y su caprichoso rizoma en lo creativo: la moda. Algunas de las más interesantes, entre otras, fueron: “Reconfiguración de la industria en tiempos de convergencia digital y ambiental”, a cargo de Laura Novik; también, “Diseño desde el encuentro consciente de la cultura”, del altoperuano Luis Daniel Ágreda; “La Internacionalización como potenciadora de la innovación”, que estuvo a cargo de Angélica Charry y “Oportunidades para el mercado de moda en la era phydigital”. Medellín es capital del departamento occidental de Antioquia, “paisa” o antioqueño de manera indistinta, es el patronímico de habitantes y entidades de esa región colombiana (aresprensa).
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VÍNCULO : IXEL 2021, MIXTURA DE "EXPERIENCIAS"
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