AVANZAN LAS ELIMINATORIAS |
Entre el 16 y el 21 de este noviembre que avanza, se jugará la tercera etapa de dos jornadas en la eliminatoria sudamericana al Mundial de la Fifa, que se disputará en 2026 en territorio de los tres países de Norteamérica: México, Estados Unidos y Canadá. La secuencia previa, disputada entre el 12 y el 17 de octubre, arrojó sorpresas contra pronósticos. Hubo resultados inesperados, así como también confirmaciones en algunos de los pronósticos. Se intuía que Argentina podría imponerse sobre Paraguay, entre los coleros iniciales de la tabla, pero no era imaginable que el resultado hubiese sido tan magro como en efecto lo fue. En especial cuando ese gol que les permitió una victoria a los campeones del mundo, se logró en los primeros minutos del partido. Eso, más allá de que después fue infructuoso para los dueños de casa el ratificar con más dianas el imponerse sobre los rivales guaraníes. Las consecuencias de los resultados repetidos y adversos dejaron con la soga al cuello a varios entrenadores de selección y uno confirmado en el desahucio: Gustavo Costas, del altiplano boliviano.
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Tampoco se esperaba que otro “débil” en apariencia como hasta hace poco se consideraba a Venezuela, le empatara al Brasil de Neymar en el patio propio del Arena Pantanal de Cuiabá. Menos podía imaginarse que Colombia, que ganaba 2 por 0 al siempre encopetado Uruguay dirigido ahora por Marcelo Bielsa, empatase el partido de Barranquilla con un penal agónico. Mucho menos hubiese podido llegar a pensarse que en la segunda página de la secuencia, en Montevideo, la canarinha cayese por dos goles a nada ante los dueños del patio oriental. Pero esa es la lógica aleatoria del fútbol, la cual como en la física cuántica pareciera con frecuencia no obedecer a lógica alguna. Lo cierto es que los resultados de esa primera página de la segunda secuencia le permitieron a la Argentina encaramarse en la cabeza de la tabla por encima de Brasil, equipo que antes de dar vuelta la última página de octubre compartía el primer lugar con Argentina por sus triunfos consecutivos, pero que aventajaba a los rioplatenses por diferencia de goles.
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El empate condenó a los brasileños por coyuntura al segundo lugar, conscientes de que deberían superar a los uruguayos en Montevideo y bajo las críticas acervas de la ”torcida”, que no perdonó aquel empate con sabor a derrota en su propio campo del mundialista Arena Pantanal. Pero así se definieron las cosas antes del viaje a la ribera oriental del Río de la Plata, listos los brasileños para enfrentar a unos charrúas siempre listos a vender caro su pellejo y siempre con expectativas de triunfo sobre el pentacampeón, constantes desde 1950. Argentina no recibió críticas, ganó en Buenos Aires, pero fue un triunfo con sabor a poco ante unos guaraníes, que hasta ese momento no habían acumulado puntos y en un proceso de recomposición que les está costando caro por el momento. En esas condiciones viajaron los argentinos a Lima y los paraguayos se fueron a esperar a los del Altiplano en Asunción. Los resultados que resultaron en estos dos encuentros fueron los previstos. No hubo sorpresas.
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En el resto de los partidos de la primera secuencia no hubo grandes novedades, salvo por lo visto en el clásico del Pacífico, entre Perú y Chile, en el que se impusieron los de la estrella solitaria por dos a cero, dejando a los incas con un amargo mensaje y pasaje para su próximo partido, muy difícil, ante los argentinos. Este conjunto llegaba al compromiso en la capital peruana luego de dos derrotas, ante Brasil y sus vecinos sureños, y un empate de hambre por tanteador a cero ante los paraguayos en Asunción, en el partido inaugural de las Eliminatorias. También Chile llegaba zamarreado, ello no obstante lo ganancioso y de alguna manera morboso triunfo ante sus enconados rivales del norte. Lo alcanzado en Santiago era poco porque Chile había empatado con Colombia por marcador vacío y había caído ante los charrúas por una cifra abultada: 3-0. Bajo ese panorama, los chilenos viajaron a Venezuela para medirse con los de la vinotinto, estos empoderados y frotándose las manos por el punto obtenido sobre terreno brasileño en la previa.
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El triunfalismo nada garantiza, pero da cierta seguridad mental antes de un partido que se juega en casa. Los colombianos por su lado sufrieron menos en lo conseguido antes del viaje a Quito. Habían quedado terceros en la tabla luego del viaje a la capital del centro del mundo. Aunque dolía el haber resignado un triunfo asegurado hasta el último minuto, el empate no golpeó tanto más allá de saber que en la capital ecuatoriana las cosas se pagan a un precio alto si se falla en la estrategia del timonel del conjunto o los errores de los jugadores en el campo. Ecuador ya ha humillado antes con suficiencia a sus vecinos y la aguerrida selección Colombia sabe de antemano que esos rivales son siempre un hueso duro de roer. Pero viajaron al campo ajeno con optimismo, ello no obstante el anuncio inicial de la ausencia en terreno de fichas fundamentales para asegurar los puntos, entre ellos James Rodríguez. Algo que en el caso de Rodríguez no se cumplió, para satisfacción de su hinchada. Todo un desafío para Néstor Lorenzo, discípulo aventajado de Néstor Pékerman.
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El rédito final de esta etapa cumplida es de que varios directores técnicos quedaron en capilla y es probable que más de las próximas citas de noviembre ya no roben imagen en las cámaras de televisión. Entre ellos siguen en lista de probables desahuciados Eduardo Berisso de Chile, Juan Reynoso de Perú y alguien que al final ya debió resignar cargo: Gustavo Costas de Bolivia. Ellos se sumarían a la nómina de defenestrados que inició en este ciclo mundialista el ya apartado Guillermo Barros Eschelotto, quien debió dejar Paraguay al inicio del certamen regional. Argentina está por ahora arriba en la tabla con cinco puntos de ventaja con quien le sigue, Brasil. La sorprendente Venezuela quedó en lista de clasificación y al fondo de ese grupo de privilegio quedó Colombia, víctima de sus dos empates consecutivos y de los errores de los jugadores sobre el campo, en particular por desperdiciar un penal que hubiese abierto a los cafeteros la eventual victoria, que buscaron haciendo un buen partido en Quito. Uruguay también comparte ubicación entre los privilegiados. Todos, incluido el vigente líder de la clasificación, tendrán partidos complejos en la programación que cierra el año. En particular Argentina ante un Brasil herido y los charrúas en alza. (aresprensa).
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VÍNCULOS : MUCHAS RAREZAS, MUCHAS SORPRESAS
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