PATRIMONIOS CULTURALES  //  CINE Y ARTES ESCÉNICAS  //  Publicado el 22 de abril de 2024  //  12.30 horas, en Bogotá D.C.

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El cierre de proyecciones en la víspera de una tarde de domingo, tuvo todos los ingredientes de lo que es la realidad en un crudo tercer mundo que muestra sus precariedades y miserias. No solo hubo en el país marchas multitudinarias de repulsa al primer gobierno de izquierdas que se instaló en el Colombia, hace casi dos años. También hubo en Cartagena un apagón que le dio tonalidad de gris intenso al cierre de un festival de cine que prometió y dio mucho para la buena imagen internacional del país. Un corte de energía paraliza no solo la celebración sino el conjunto de ceremonias y proyecciones finales. Eso, además de dejar un sabor agridulce para este cierre. Si alguien con lo ocurrido el pasado domingo se lleva de Colombia la idea reforzada de que sigue siendo una “banana republic”, no estará demasiado desacertado. Un buen desarrollo del Festival, al tiempo que destempladas declaraciones del primer mandatario, descalificando a quienes lo rechazan por sus malas políticas y, junto con todo lo anterior, el apagón inesperado que cerró este certamen da una imagen del conjunto. Lo importante en definitiva es que la realización “La Suprema” se llevó el Premio del público y la proyección de cierre fue “In the summers”.

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Un núcleo duro de realizadores y productores se dio cita en Cartagena para el desarrollo del festival en su edición 63. Entre ellos estuvo invitado el reconocido iraní Asghard Farhadi,. También se registró la presencia de Isabel Coixet, el brasileño Gustavo Vinagre, otra española como Laura Ferrés y la alemana Nele Wohlatz, entre otros, además del local Sergio Cabrera. La presencia del director iraní no podía pasar inadvertida, no solo por lo laureado de su carrera sino por la actualidad que tiene a Irán en estos días ocupando los primeros planos de la información mundial. Farhadi ganó dos Oscar en su carrera. Uno por “Una Separación”, en 2011 y luego otro por “El Cliente”, en 2016. Es considerado una de las personas más influyentes del mundo, según la revista Time. En la edición de Cannes 2021 su película “Un Héroe” estuvo en la lista que aspiró a la Palma de oro y aunque no ganó el lauro máximo sí llevó el codiciado Gran premio del jurado. No cabe duda de que esta presencia fue la más relevante entre los realizadores que asistieron a la edición 2024 del festival de Cartagena.

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Otros directores afamados que asistieron al festival caribeño fueron la española Isabel Coixet, la brasileña Juliana Rojas y otro brasileño, Leonardo Martinelli. Este último puede mostrar una trayectoria de asistencia a tres centenares de festivales por el mundo, entre ellos Locarno y San Sebastián. Coixet por su lado inició su carrera como directora y guionista en 1989 con “Demasiado viejo para morir joven” con la que compitió en los Goya de ese año como Mejor director novel. Su buena estrella comenzó a brillar en 2003 con el drama en inglés “My Life without me”, filme que tuvo a Sarah Polley como protagonista y quien volvió a la pantalla de nuevo bajo la dirección de Coixet dos años después con “The Secret life of words”. La alemana Wohlatz tiene una larga relación con Iberoamérica, en particular con el Río de la Plata. Vivió más de una década en Buenos Aires dentro del mundo cinematográfico y académico afín, entre ellas la universidad Di Tella. Hace 8 años apareció con el largometraje “El Futuro perfecto”, que se estrenó en el festival de Locarno.

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La parte académica, que es básica y con atractivos propios del festival, se desarrolló en el Centro de formación de la cooperación española. El eje de la creatividad transversal de la cinematografía fue parte de estas dinámicas disciplinarias que estuvieron conformadas por 4 talleres, 34 conversatorios, 4 exposiciones y 5 masterclass. Eso además de una residencia creativa para directoras colombianas y venezolanas. El tradicional Cine en los barrios que se desarrolla desde hace dos décadas, mantiene su filosofía de búsqueda de nuevas audiencias para el cine no solo como entretenimiento sino también como experiencia formativa. El inicio de esta experiencia tuvo lugar en una calle de barrio por fuera de las históricas murallas, con intención de iniciar una relación virtuosa entre el festival internacional y las comunidades de zonas consideradas marginales. Hoy la añeja propuesta es un proyecto de interés para el desarrollo social. Es que además de las infaltables proyecciones propias de un certamen como este, el área desarrolla proyectos de formación.

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En el conjunto de actividades se llevó a cabo la sexta edición del encuentro de la industria audiovisual colombiana, Nido. Eso junto con el también empeño por descentralizar la tarea educativa con base en el cine y su industria. En este plano el festival ratificó su itinerancia en otras zonas del país cafetero, entre ellas Villa de Leyva, Sogamoso, Santa Marta, Popayán y Mompox. En esta sumatoria de la programación que llegó a su final en la víspera, luego de seis días de actividad, se proyectaron más de 170 películas, entre ellas 26 estrenos mundiales, casi 40 operas primas iberoamericanas, además de 50 filmes locales que pretenden llamar la atención del mercado cinematográfico global, que también se dio cita en Cartagena. Las películas premiadas, más allá de la relevancia que de por sí tiene un premio de esta categoría y en un escenario emblemático como lo es esta ciudad caribeña que los locales llaman “Heroica”, tiene el agregado de un acervo cultural que es propio del entorno reconocido en el plano internacional.

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La película ganadora del certamen es una producción local que narra las peripecias de una joven aspirante a boxeadora, que pretende salir de la marginalidad exponiendo sus habilidades deportivas. Algo muy frecuente en estas sociedades en las que la desigualdad social y la falta de oportunidades están enmarcadas con indicadores de violencia y discriminación. El filme se estrena en el año que corre y agrega condimento a lo ya señalado, que es común en escenarios marcados con desniveles que parecieran insuperables. “La Suprema” pone de relieve una de las políticas del Festival, que es el de estimular temas y sectores sociales con desniveles estigmatizantes. La proyección final es una producción de los Estados Unidos que ya ha sido premiada en el festival “Sundance” y trata de dramas cotidianos familiares en los que las tensiones afectivas, el recorte de certezas y verdades se mezcla con las adicciones de algunos de sus miembros. El marco de contexto ya descrito fue coherente con la temática premiada en la clausura (aresprensa).

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VÍNCULO :  OPPENHEIMER BARRIÓ EN EL OSCAR

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