SPRATLYS: TENSIÓN QUE SE MANTIENE
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PATRIMONIOS CULTURALES  //  LENGUA ESPAÑOLA EN FILIPINAS  //  Publicado el 27 de mayo de 2020  //  17.15 horas, en Bogotá D.C.  //  06.15 horas, del 28 de mayo, en la República de Filipinas

Los islotes sobre el Mar de la China por el que compiten varios países del área en la posibilidad de ejercicio de soberanía, se ha convertido en un foco principal de tensión en un tramo marítimo por donde pasa una parte estratégica del tráfico de internacional de combustible, alimentos y todos los materiales que garantizan la supervivencia de los países que bordean ese mar. Es uno de los focos, pero ahora no el único. Es por ello que la tensión vigente provocada por la cresta de la expansión de Beijing altera el juego de todos los participantes, incluidos los jugadores externos que tienen sus propios intereses en la partida de largo plazo. Filipinos, chinos, taiwaneses, de la misma manera que otros estados ribereños se miran y hacen pulso por diferentes caminos que coinciden en apostar a sacar las mejores tajadas cuando en un tiempo venidero se produzcan las definiciones. Por lo pronto, China juega fuerte y de manera desafiante. Se asienta en parte de los islotes y construye infraestructura civil y militar para demostrar que tiene músculo suficiente como para hacer valer sus intereses en todos los planos  posibles. Además de la riqueza pesquera y de proyección territorial, junto con el control del área, están en definición la explotación de un lecho marino rico en reservas petroleras, nada menos. Un recurso que para otros está cuestionado pero que para chinos y filipinos sigue siendo tan necesario como el aire que respiran.

Escribe: Néstor DÍAZ VIDELA


Uno de los principales interesados  y participantes tanto de la disputa como de la tensión geopolítica, es Filipinas. El presidente Rodrigo Duterte  ha preferido una vía de alivio de la confrontación -al menos diplomática- ante la fuerte Real Politik que lleva Beijing en su avance sobre el casi ahogado archipiélago en disputa. La ampliación de la superficie de los islotes para construir pistas de aterrizaje y la instalación de radares de última generación, es una línea a la vista de una disposición firme y desafiante que al tiempo muestra la determinación a ocupar su puesto como gran potencia mundial. Para eso se preparó desde el inicio de la revolución que encabezó Mao Zedong, y en particular luego del  periodo reformista de Deng Ziaoping y del actual Xi Jiping. La opción por un desarrollo capitalista controlado y un sistema político cerrado fueron claves para la contención social y un desarrollo económico apabullante que desde algo más un cuarto de siglo proyecta este gigante al escenario mundial.

La fricciones por la ambición que demuestra Beijing para acomodarse a su nuevo papel entre las hegemonías impuestas eran previsibles, y ahí están. Sobre el Mar de la China los norteamericanos le plantean a los nuevos desafiantes que ellos también tienen historia y roles que disponer en la nueva situación de equilibrio inestable que plantean los chinos sobre una porción del Pacífico que los tuvo a ellos, así como a los ingleses, casi como emperadores durante más de dos centurias. Nadie le negará a los chinos su nuevo rol, que desde el siglo XIX se anticipaba, pero no será sin peligrosas pujas, entre ellas la vigente por las Spratlys. Filipinas tiene un rol crucial en la disputa y en la tensión histórica, además de estar presente con fuerza armada en algunos puntos de ese pequeño archipiélago en disputa. Ellos, como otros reclaman la totalidad del enclave y en Manila saben que para ello cuentan con el respaldo tácito de los norteamericanos, cuyos barcos a veces maniobran de manera provocativa ante los chinos que están en el área.  

El gobierno de Malacañán ha manejado con astucia e impostada tranquilidad una situación para nada amable con sus intereses. Debe tragarse cualquier asomo de disgusto y asegurar las inversiones inmediatas que promueven sus vecinos arrogantes, dejando para el largo plazo una definición del conflicto. El presidente Rodrigo Duterte supone con obligado optimismo que el tiempo será favorable para su país. Es evidente que sus declaraciones soslayan los graves e inevitables hechos que protagonizan los vecinos y criterios apacibles, solo al respecto, parecerían estar más allá de todo optimismo racional. La historia futura del proceso podría derivar en un camino bien diferente al que ansían los filipinos. Los chinos ejercen su poderío con mayor claridad y desparpajo, asegurando para ellos con hechos consumados esa dirección por ahora indefinida que tomaría la historia. Es cierto que Filipinas, junto con Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia conforman los cuadros de un extenso tablero de ajedrez que los Estados Unidos no descuidarán. Pero en la visión pragmática de Washington no es improbable que, si debiesen entregar un peón de la región para asegurar mejores resultados en la confrontación, ese sería el peón filipino.

Ello no obstante que es Filipinas el escudero histórico de los intereses norteamericanos en el Extremo Oriente. Histórico para señalarlo de alguna manera, y por la sangre vertida en la Segunda Guerra Mundial. El país que tuvo presencia hispana durante casi tres siglos, fue el yunque sobre el que golpearon tanto japoneses como los propios norteamericanos para reafirmar la hegemonía de estos últimos en el Archipiélago, que los nipones disputaron con esquiva fortuna durante el siglo XX. El mismo que los vencedores de esa guerra le arrebataron a España al final de la centuria previa, dejando allí una herencia que los de habla inglesa pretendieron vaciar  de contenido, con relativo éxito. Washington se apoderó en 1898 del país que formaron España y México - este último en nombre de la primera- a lo largo de los siglos señalados. También se quedaron con la Micronesia española, constituida por las islas Marianas y Carolinas. En estos otros enclaves que fueron hispanos hubo otros escenarios de dura lucha durante la última contienda universal.

Ahora la tensión que tiene protagonistas diversos por la hegemonía sobre el Pacífico, sigue sin estar exenta de peligrosos riesgos acumulados. Las Spratlys son apenas un punto que permite mostrar dientes y templar músculo sin que se elimine la sombra de una eventual confrontación en caliente en un futuro indeterminado, el cual permanece latente y podría precipitarse mañana, a cualquier hora. No solo por lo que ocurre en esos puntos rodeados por el mar, que a veces cubre la superficie isleña y que nada tienen garantizado al respecto, con el alza prevista del nivel del océano por el cambio climático. En estas horas inmediatas, la China anunció que ya está lista para una confrontación militar con cualquier adversario, y no amaina la tirantez vigente, en particular con los Estados Unidos y con todo el universo occidental. La puja sobre los islotes ya estaba presente antes de la crisis pandémica y del estado de acechanza comercial con bofetadas económicas que que van y vienen. El conjunto no hace otra cosa más que ensombrecer con mayores nubes el panorama previo y sus complejidades sustantivas, tanto como las derivadas (aresprensa).

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VÍNCULOS : ¡ADIÓS, AUTE!, FILIPINO UNIVERSAL