SIN NOVEDAD EN EL BAFTA
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PATRIMONIOS CULTURALES  //  CINE Y ARTES ESCÉMICAS  //  Publicado el 20 de febrero de 2023  //  20.30 horas, en Bogotá D.C

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Ganó la realización dirigida por Edward Berger “Sin Novedad en el frente”. No hubo novedad al respecto porque el filme resultaba el mejor aspectado para llevarse el lauro. Berger también se llevó el premio a mejor director y con eso debería haberse dado por bien servido, pero no, obtuvo más aun que esos dos mayores trofeos. También se alzó con el reconocimiento a Mejor película en lengua diferente al inglés y el menos importante de mejor musicalización. Esto ocurrió ayer domingo 19 de febrero cuando se conocieron los premios londinenses del Bafta, la antesala del Oscar que cerrará el ciclo anual de premiaciones con la entrega en marzo de las estatuillas. Esta película alemana ya arrastra una cola de buena recepción y de premios desde su estreno a fines del año pasado. Pero la saga exitosa de este remake germano no fue más allá porque el premio a mejor actor fue para Austin Buttler por su protagónico en “Elvis”, en tanto que el premio a mejor actriz fue para Cate Blanchett -una habitué triunfadora en estas galas- quien se llevó el galardón por su protagónico en “Tar”. Todo esto estaba en las previsiones y las dudas sobre en quién recaería la tarjeta ganadora al mejor actor no cambiaron el criterio general de que ocurrió lo que se esperaba. Después de la velada de Londres y el epílogo en una semana de la Berlinale, solo queda como expectativa de inicio de año la entrega de los Oscar, antes de concluir la primera quincena del mes que viene.

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El trabajo fílmico germano tan reconocido en la serie de premiaciones de las galas de inicio de año, así como en apuestas en dirección a la definición de la Academia americana, no es una historia nueva tal como bien se sabe. El libro de Erich María Remarke ya se ha visto en pantalla de manera reiterada: tres veces, incluida esta de Berger que avanza rauda otra vez hacia la estatuilla codiciada. La primera versión de 1930 tuvo varias nominaciones y ganó el premio a mejor película y director, Lewis Milestone. Después, en 1979, insistió en la historia de Remarke el director Delbert Mann y ahora, luego de más de tres décadas, aparece la obra de Berger. El trabajo literario y su adaptación al cine llama la atención sobre la crueldad de la guerra y, como es obvio, resulta una evocación que enternece a cualquier pacifista que pretenda retratar los sufrimientos del soldado en el campo de batalla. Remarke, al igual que Richard Sorge, fueron dos soldados alemanes que sobrevivieron a la primera contienda mundial y odiaron después la guerra. El segundo veterano nombrado nada tiene que ver con Remarke ni la literatura, pero debe recordarse que este último fue el espía que desde Tokio avisó por anticipado a Moscú sobre el ataque alemán a la Unión Soviética, en junio de 1941.

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Tanto Sorge como Remarke fueron considerados por Alemania en su momento como traidores a su patria. El primero fue ejecutado en Tokio en 1944. Esta reseña es válida para señalar que este tipo de temas y en particular el enfoque, son codiciados por Hollywood y por los ingleses, en parte debido a que mantienen viva la imagen de los que fueron sus enemigos de anteayer. Es un estereotipo de buena recepción comercial y emocional. La memoria y saga de Sorge también ha sido halagada por el cine, pero menos que lo alcanzado por la obra del otro veterano, el escritor, quien murió famoso tranquilo y en Suiza, con ciudadanía de los Estados Unidos. El refrito supera las limitaciones de la reiteración con una excelente labor dramática, musical, ambiental y de caracterización, bajo la producción de Netflix.  El trabajo actoral de Félix Kammerer para la interpretación del soldado Paul Bäumer es sobresaliente, pero el premio a mejor actor se lo llevó Buttler por la historia menor de Elvis Presley y el tiempo del nacimiento del rock, en la década de los 50.  Este otro tipo de historias en el polo opuesto de los dramas sin concesiones también apasionan a los sajones. Es por eso que no pueden extrañar las premiaciones y reconocimientos como este.

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Es por eso que tampoco puede sorprender que una buena obra como la de Ricardo Darin, “Argentina, 1985”, haya sido desahuciada en Londres como Mejor película en habla no inglesa y ahora la realización rioplatense vea tambalear incluso su aspiración entre las nominadas al Oscar, pues está en la lista que comparte con la alemana de Berger. No obstante, los defectos y omisiones que la crítica política de Buenos Aires le ha hecho a la realización argentina, el filme que tiene como primer actor a Darin, en el papel del fiscal Julio César Strassera, en tanto responsable por la acusación y el juzgamiento a los militares argentinos comprometidos en crímenes de lesa humanidad, apuntaba bien hasta que se atravesaron los alemanes. Pero, claro, ya se sabe que la Academia con frecuencia no sigue las tendencias, salvo en aquello de lo ya señalado sobre temáticas que son caras para las hegemonías. El premio a Mejor película inglesa lo alcanzó “Los Espíritus de la isla”, dejando de lado al nuevo filme de Sam Mendes “El Imperio de la luz”. La archifamosa Cate Blanchett volvió a brillar como Mejor actriz con la controversial historia de la compositora y directora de música clásica Lydia Tar. Una película que marcó el regreso a pantalla del director Todd Field.

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Field fue aquel actor y realizador que participó en la última película de Stanley Kubrick “Eyes wide shut”, entre otros títulos. La saga de la primera directora titular de la Filarmónica Berlín trajo otra vez a primer plano a una Blanchett consagrada con suficiencia. Tanto “Tar” como “Los Espíritus de la isla” estaban nominados para mejor película y aunque hayan quedado en el camino, recibieron los premios principales que, por las circunstancias, son una adecuada consolación. Así se aliviaron las cargas y quienes decidieron sobre los premios expiaron responsabilidades y las críticas que nunca faltan porque siempre en estos casos no todos quedan contentos, tal como es obvio y es parte de la naturaleza humana en el sentido de que los errores acechan en cada recodo de las opciones al frente.  Lo cierto en toda esta ensalada de las decisiones es que Blanchett dejó en el camino a Emma Thompson y su “Buena suerte, leo grande”.  Esta ganadora del Bafta ya había alzado el Globo de Oro en su versión de hace pocas semanas. Blanchett también está nominada al Oscar y sus opciones no están limitadas salvo por las aspiraciones de Berger.

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La película que rivaliza con la alemana ya tiene un buen recorrido de festivales desde su estreno en el de Venecia, realizado en el pasado septiembre. Los latinos se quedan con el consuelo de que Guillermo del Toro con su “Pinocchio” ganó el galardón a Mejor película de animación. Buttler con “Elvis” dejó al costado a Brendan Fraser y su “Ballena”, que merecía mayores alturas. La mejor película puso fuera de opciones a la historia del que fue rey del rock, la inglesa de los espíritus y la estelarizada por la Blanchett. La ganadora como Mejor realización británica tuvo un premio agregado con el de la Mejor actriz de reparto, que fue para Kerry Condon. El Mejor cortometraje resultó ser “Un Adiós irlandés”, protagonizado Tom Berkeley y Ross White. En coincidencia con lo que ocurría ayer en Londres seguía en Berlín el desarrollo del principal festival alemán, la Berlinale, en su edición 73. Ambos encuentros internacionales son muy diferentes y tienen solo un punto en común, el cine. La cita berlinesa concluirá el próximo domingo 26 de febrero, luego de 10 días continuos de proyecciones. Después, nada similar ocurrirá hasta el 12 de marzo, fecha en la que se conocerán los premios de la Academia americana (aresprensa).

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VÍNCULO : CANNES: PALMA PARA SUECIA

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