PATRIMONIOS CULTURALES  //  CINE Y ARTES VISUALES  //  Publicado el 02 de diciembre de 2024  //  19.30 horas, en Bogotá D.C.

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Fue en 1954 cuando se proyectaron las primeras luces e imágenes de este festival, en el principal balneario argentino. Eran tiempos en los que el peronismo que gobernaba en su primera década a punto de cumplirse vivía, junto con el país, una profunda crisis que tendría su ápice un año después con la caída del gobierno de Juan Perón, vía un sangriento golpe de Estado. El encuentro internacional tuvo después muchos tropiezos y es por eso que en este año de celebración fue la edición 39, aunque la del tiempo cumplido desde aquella primera edición informa de siete décadas. En la celebración hubo un recordatorio para filmes argentinos que marcaron época, entre estos “La Patagonia rebelde”, de Héctor Olivera; “Boquitas pintadas”, de Leopoldo Torre Nilson y “La Tregua”, de Sergio Renán. Por primera vez el Festival tuvo un país invitado: Japón. En el jurado que dictaminó el filme ganador estuvo la actriz colombiana Angie Cepeda. El trabajo que se llevó el galardón principal fue un filme hablado en francés, en un programa que se cumplió entre el 21.de noviembre y el pasado domingo 01 de diciembre.

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La película ganadora llegó desde Bélgica. Se trata de “Au bord du monde”, de Guerin van de Voorst y Sophie Muselle. Es un filme de compleja trama alrededor del tema psiquiátrico, en un centro de atención para internados con patologías de este tipo. Se aborda en el trabajo la relación entre médicos y pacientes. El premio especial del jurado fue para “The Most Precious of Cargoes”, dirigida por el francés Michel Hazanavicius. La distinción a mejor director fue para el argentino Matías Lucchesi, por “El Casero”, quien obtiene este reconocimiento luego de una exitosa carrera en la que ha conquistado otros lauros internacionales. Diez años atrás había ganado premios principales en Berlín, San Sebastián y Guadalajara con “Ciencias naturales”. La película de este director que recibió el lauro principal en el rubro tiene un guión que cruza a personajes simples, pero con historias difíciles que se mezclan en coincidencias y rechazos que buscan ajustes de cuentas con el pasado. Hazanavicius por su lado, es ganador de un Oscar (2012), con “El Artista”.

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La cita internacional frente a la pantalla iniciado en el último tramo de noviembre presentó en la inauguración el musical francés “Emilia pérez”, de Jacques Audiard. El argumento es un desafío y sigue siendo disruptivo, como se exige que sea una pieza de arte. Plantea en un núcleo de mujeres, las dificultades y dramas de la apertura en una sociedad de tradición machista y violenta, como se muestra a ese núcleo de personajes transgénero, dentro del estereotipo que se tiene del México actual. El filme traía en su haber la Palma de oro de Cannes. En la semana larga de presentaciones se exhibieron un total de 163 trabajos, entre cortos y largo metrajes. Hubo un ciclo de homenaje al regista armenio Sergei Parajanov, a quien se considera un vanguardista que influyó sobre directores de la talla de Jean-Luc Godard, Ford Coppola y Scorsese. Este director armenio fue perseguido por su trabajo creativo y estuvo encarcelado varios años por las autoridades soviéticas, después de haber realizado películas emblemáticas, como “Los Corceles de fuego” y “El Color de la granada”. Sus obras fueron censuradas, casi hasta el momento de su muerte (1990).

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Doce largo metrajes internacionales compitieron por el lauro principal, que ganó en definitiva la producción de Bélgica. Pero hubo otros galardones también codiciados por los que apostaron a premios con sus realizaciones fílmicas. Además de la colombiana Angie Cepeda, integraron el jurado el realizador israelí Samuel Maoz, la directora de arte del país anfitrión Mercedes Alfonsín y un comunicador de medios tradicionales de República Dominicana, Rubén Peralta Rigaud. El mejor largometraje latinoamericano fue “A Procura de martina”, una coproducción entre Brasil y Uruguay de Márcia Faria. Los locales tuvieron su consuelo con su propio largometraje: “La Llegada del hijo”, de Cecilia Atán y Valeria Pivato. Esto porque existe un premio y una sección que brinda reconocimiento de manera exclusiva a las películas argentinas. Los mexicanos lograron también su consuelo con “Nostalgia de un corazón (aún vivo)”, de Diego Gaxiola, premiada como mejor corto metraje latinoamericano.

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Pero no todo fueron consagraciones, reconocimientos y homenajes en este balneario acostumbrado a las visitas de luminarias, en cada verano, los pasados y el que se anuncia para dentro de pocas semanas. También las quejas de los voceros locales de la industria se escucharon con vehemencia. Se trata de las polémicas que han desatado las medidas del actual gobierno al quitar el respaldo a la financiación de la producción cinematográfica local. La queja tiene mucho de repulsa política al gobierno de Javier Milei y sus libertarios. Las acusaciones de estos otros al mal uso de los recursos destinados al Instituto Nacional de cine y artes visuales (Incaa) apuntan a que se había convertido en un nicho de corrupción del anterior gobierno, según la visión de la actual gestión nacional. El señalamiento argumenta a que, en lugar de piezas de arte destinadas a fortalecer la creación estética, los fondos de apoyo oficial se habían invertido en obras de propaganda y de militancia sectaria.

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Los recientes recortes han sido drásticos y las declaraciones de los funcionarios responsables respecto a la producción reciente marca el sesgo de lo que ocurría en el Instituto y la radicalización, también en este escenario político y para nada estético de lo que se ha dado en llamar “batalla cultural”. Una dinámica que la administración previa llevó a cabo con bastante éxito durante tres lustros. La producción cinematográfica fue uno de estos frentes de confrontación que tuvo a disposición el denostado kirchnerismo como herramienta de su propia visión social e ideológica. La queja de algún sector de cineastas y artistas no solo es como repudio a las medidas del gobierno Milei, sino también de subrayado ideológico. El gobierno actual, por su lado, sostiene que en 2023 el gobierno financió películas que no tuvieron en sala más de un millar de espectadores. Se señala así a las realizaciones que se pagaron con fondos del Estado para fines propagandísticos, sin que se dieran nombres específicos, de obras o de realizadores (aresprensa).

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VÍNCULO : ALMODÓVAR AL MÁXIMO EN AQUELLA BIENNALE 

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