HEDONISMO  //  MODA  //  Publicado el 11 de septiembre de 2023  //  13.43 horas, en Bogotá D.C.

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Laura Aparicio es una creadora desafiante en sus propuestas, dentro de una labor de exige esa condición para alcanzar alguna vez la cumbre. Esto dentro de un marco social de creencias en las que aún existe de parte de una importante mayoría la creencia de que el diseño de modas surge de una actitud trivial frente a la vida, pero eso es un error cultural que hasta ahora no se corrige en lo extenso. Esta diseñadora santandereana -región del norte oriental de Colombia- aparece con sus creaciones en las pasarelas importantes de su país, así como lo ha hecho en el exterior, después de sustentar su conocimiento con una aquilatada construcción académica y profesional en Italia. Solo eso sería suficiente para desmentir la banalización del trabajo que realizan tanto ella como muchos otros diseñadores, acreditados en su prestigio o no. Aparicio está en el escenario de su labor profesional luego de más de dos décadas al frente de su emprendimiento, que incluye un lustro con marca propia. Está precedida de otros seis años de trabajo en en la Península, que incluyen su paso por el acreditado Istituto Marangoni de Milano, unidad académica que también tiene una sede en Miami, de arte moda y diseño. La creadora fue entrevistada por ARES durante el último Bogota Fashion week, que organizó en mayo pasado la Cámara de comercio de la metrópoli colombiana. Allí desgranó sus concepciones y contenido conceptual de la colección que presentó. La creadora ya ha participado de las semanas de la moda de París y Milán.

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Entrevista: Martha Liliana ROMERO

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La misma diseñadora plantea que su trabajo se hace con una dialéctica de opuestos, que no solo pretende poner en escena una tendencia contemporánea, sino que además pone a consideración una traza evidente de sofisticación. ¿Cómo se construye la propuesta?

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Trabajamos con el cruce de materiales muy opuestos -precisa la creadora- desde sedas cien por ciento sedas hasta el reconocido jacquard y los brocados. En eso consiste en parte el universo de opuestos y la idea de transversalidad en el diseño. La composición brinda fluidez de estructura que permite una mezcla de feminidad marcada con un trazo de masculinidad.

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Lo anterior es el aura de este tiempo, en el cual las mixturas y la volatilidad de los límites ortodoxos marcan las tendencias vigentes. Dentro de este panorama que puede llevar a la confusión y convertirse en un obstáculo para crear lo que está en la visión alterna y que se busca en una prenda que convenza sobre la pertinencia de su uso, ¿cómo se enfrenta la inspiración con esa otra realidad en pugna?

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La iniciativa nace de la manera menos programada, surge de una imagen, la letra de un libro, la visita a un museo, un viaje. Las fuentes son variadas e incluso disímiles -describe Aparicio- luego surgen los bocetos y después la selección de materiales. A partir de allí se arma una colección y la fluidez se construye a partir del gramaje de los materiales que se utilizarán en las prendas. Los modelos elaborados pasan por etapas de afinamiento, hasta conseguir lo que se propone como línea y estilo. Los prototipos pasan por diversas pruebas hasta alcanzar lo que se imaginó en la iniciativa. No es simple, la puesta en escena de una prenda y de una colección tiene detrás un largo proceso de construcción simbólica y operativa.

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Aún era una niña cuando decidió que su vida profesional quedaría signada por la moda. Una experiencia de largada en plena inocencia, que no tuvo desvíos en las reflexiones posteriores sobre lo que sería su proyecto de vida. ¿Cómo fue esa experiencia de antesala

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A los doce años ya estaba decidida a ser diseñadora de modas. Fue en un viaje a Europa -rememora la creadora- y en mi primera visita a Londres lo que vi me cambió para siempre. Se me abrieron los ojos viendo vitrinas y tiendas espectaculares. Fue una reflexión muy personal sobre una decisión definitiva, mi punto de inflexión, cuando me dije: “a esto quiero dedicar mi vida”.

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El roce de varios años con la moda europea, debe dejar una huella, ¿quiénes son sus referentes y a quién le gustaría vestir?

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Me identifico mucho con Prada, dado que me identifico con la estética italiana y en general con lo que se hace en Europa -señala la diseñadora- porque estudié en Italia. Entonces, de alguna forma mi estética italiana está bien presente en mis diseños. Es una línea a la que deben agregarse nombres como Balenciaga, Christian Dior o Valentino. Esos son para mí los referentes de trayectoria. Claro que en los últimos años he viajado en varias ocasiones a Oriente y me fascinan las mujeres de esa parte del mundo por su elegancia ancestral. Por último, me gustaría que Andrea Casiraghi vistiera uno de mis modelos.

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Frente a la errada generalización, que hace apuesta por lo trivial aparente de la moda, Aparicio tiene una concepción diferente, diametral a la visión cotidiana. ¿Qué es para usted la moda?

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Para mí es un conjunto polisémico, que reúne muchos elementos articulados -define Aparicio- las tendencias de la modernidad, el hedonismo que es propio de esta cultura, la aspiración también legítima y moderna de libertad, bienestar y confort. Todo afirmado en la construcción estética, con el arte que le es propio. A todo lo anterior debe sumarse el ADN del diseñador, esa huella personal e indelegable que le deja a la pieza quien crea.

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En tiempos en que los límites de lo radical y definido se desdibujan como corriente de los tiempos, la creadora habla de la masculinidad que tienen como traza sus diseños. ¿De qué estamos hablando?

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Siempre he tenido claro y me encanta -puntualiza Aparicio- el que las mujeres tengamos algo de masculino. En mis diseños aparece ese rasgo que está determinada por el mandato biológico. En mis creaciones se trata de relievar ese lado fuerte, empoderado, decidido para la mujer, aunque siempre se ha considerado que es universo exclusivo de los hombres. Esto incluye elementos de funcionalidad y practicidad que también se le atribuye a lo masculino. En mi trabajo se combinan esos dos aparentes opuestos, en prendas versátiles, amplias y con imagen de movimiento, que al tiempo no pierdan una discreta sensualidad sustantiva de lo femenino.

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Bajo ese marco esta diseñadora se define como “experimental, decidida, colorida y andrógina, que navega entre opuestos” ¿Otras trazas que caractericen sus diseños?

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Siempre he buscado que mis piezas tengan siluetas depuradas -detalla la creadora- con texturas, colores y estilo que están antecedidos por una afinada experimentación. Es un toque que entiendo nos hace bien diferentes a otras marcas. En lo que hace a colores debo decir que en la actualidad vibro con el naranja, o con el morado, con colores fuertes que contrasten con tonos tierra. El verde también me apasiona y el negro siempre estará presente en mis colecciones, porque da idea de permanencia (aresprensa).

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