LA "MOSTRA" EN CUERPO PRESENTE
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Patrimonios Culturales  //  Cine y Artes Visuales  //  Publicado el 03 de septiembre de 2020  //  14.45 horas, en Bogotá D.C

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Es el primer festival presencial de cine luego del golpe de la pandemia. Cubre desde el martes pasado, con sus proyecciones y estrenos, el primer tercio del mes que comienza. Almodóvar con un cortometraje es una de las estrellas que asiste a la fiesta de Venecia, el atildado encuentro internacional italiano del cine mundial. El más tradicional pero el que ahora rompe de manera señera el celofán del aislamiento extendido, que se ha prolongado más allá del semestre que concluyó en junio.  Todo se hace aplicando el protocolo de seguridad para la salud, pero sin público excesivo ni demasiados mirones y curiosos de ocasión, al tiempo que con una reducida asistencia de especialistas e invitados especiales. La alfombra roja no estuvo rodeada de aquellos que buscan  la oportuna foto, pero al menos se le pone un broche, que se espera sea un final, al hastío y la incertidumbre siniestra del contagio. El peligro no ha desaparecido, el germen maldito sigue agazapado y amenaza como en cualquier película de terror. Pero también, como sucede en las mejores obras de arte, la capacidad humana para porfiar y salir adelante se pone de  manifiesto de la mejor manera, como lo hace ahora la encopetada mostra veneciana. El festival, que se inició el 2 de septiembre, concluirá el próximo 12.

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En la alfombra roja apareció la protagonista de la obra de Almodóvar, quien es la nueva chica entre las tantas que se hicieron famosas junto al manchego, al tiempo que se suma a una lista rutilante en la cima de la fama, como Penélope Cruz por citar solo un caso. La nueva estrella Almodóvar se llama Tilda Swinton y, aunque ya es conocida a diferencia de las otras chicas Almodóvar, protagoniza lo que se presenta como un filme breve que se proyecta en la condición de fuera de concurso: “La Voz humana”. La primera película que se ha proyectado en el Festival es “Lacci”, del italiano Daniele Luchetti, en esta, la edición 77 del festival peninsular. Un encuentro que de forma coloquial es conocido como La Mostra. Este salir adelante con la condena al confinamiento renueva laureles para la ciudad de los famosos canales y de las góndolas, además de sus remeros, que trabajan de pie. Es el grito cinematográfico que se da con las proyecciones en  reclamo por la reapertura de las salas de proyecciones en el mundo.

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Es también el llamado que anuncia que ya no es tolerable una Venecia sin ti, sin el público que acompaña y que espera volver a contar con esa presencia ineludible y esperada, a partir del vigente regreso glamoroso a las salas. Esto porque muchas de las películas a exhibirse prometen para ser presentadas en las funciones tradicionales.  Es una forma de decir que, en lo que hace al reclamo de regreso del cine, Venecia “está contigo”, y quiere seguir así. Eso significa, más o menos, que no se ignoran los riesgos severos pero que la vida continúa y que así se debe seguir, pero con cuidados. Una prueba fue lo visto  en la inauguración de la víspera. La madrina del certamen, Anna Foglietta, pasó sin compañía sobre el tapiz rojo, e hizo referencia a la firmeza que se requiere para “construir el mundo que viene”, en el marco de la música de Ennio Morricone, el gran ausente y el que tanto desde Italia dejó para gloria del cine. Esos acordes fueron el marco  para rendir un homenaje a las víctimas de la pandemia.  

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Es necesario detenerse en Almodóvar en este desarrollo inicial del Festival, porque su trabajo fílmico es el primero en lengua inglesa y la presentación coincide con la entrega a Tilda Wilson del primer León de oro, a la trayectoria de la estrella británica. También con el anuncio de la aspiración del director laureado en hacer un western filmado en España. Una evocación surrealista, debería suponerse, tanto hacia Sergio Leone como de Clint Eastwood, y del propio Morricone, quienes hicieron lo que hoy es considerado cine de culto, vía western spaghetti, hacia mediados de los años 60. El conjunto de coincidencias y evocaciones apuntan al ya señalado estímulo y búsqueda de decisiones para la reapertura de las tradicionales salas, las que no solo mantienen la nostalgia que no apagan las plataformas y que serán las de la última fila en  conseguir autorización para la el reinicio de proyecciones, por aquello del encierro y la aglomeración prolongada. Por ahora, apenas se consiguen permisos para los autocines.

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Un ángulo del entretenimiento que había desaparecido hace varias décadas, pero fue una actividad popular sobre todo entre las nuevas generaciones de los Estados Unidos, aunque no solo allí, y que dio para canciones ya olvidadas sobre ese otro culto  ligado al cine que daba para más que ver solo películas desde un automóvil, ante una pantalla al aire libre. Una de esas canciones fue “Wake-up little susy”, entonada por The Everly brothers, muy popular que fue en el mundo a fines de los años 50 del siglo pasado. El mismo Morricone, que murió en plena pandemia (julio 06 de 2020) pero no a causa de ella, es parte de la evocación y de todo aquello que en sonido, imagen  y afición colectiva, creó la modernidad como arte al tiempo que como entretenimiento. La apertura obligó al uso generalizado de la mascarilla sin excepción posible, así como el código más riguroso para el ingreso y la actividad complementaria de divulgación, como es el caso de los fotógrafos y equipos de televisión.  

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Apenas hay un 50 por ciento de ingresos permitidos, en comparación con cualquiera de las ediciones anteriores del mitico festival veneciano, que solo ha tenido traspiés y reducciones durante crisis, como la guerra mundial de mitad del siglo y las agitaciones sociales europeas, casi dos décadas después. El director del Festival, Antonio Barbera, ha repetido hasta el cansancio la lista de precauciones, advertido del desafío generalizado que significa salirse con la suya en la realización de esta nueva edición de La Mostra, que ya va para el centenario de vigencia pues le queda menos de un cuarto de siglo para alcanzar esa marca. Otra laureada presente en la convergencia mundial del cine es la australiana Cate Blanchette, quien desde su cima de presidenta del jurado aludió a la valentía de la organización para salir adelante en el empeño. Seis decenas de filmes de diferentes partes el mundo constituyen el grueso de presentaciones distribuidas en 5 categorías, además de 15 cortos y de una serie para la televisión (aresprensa). 

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VÍNCULO: LA "MOSTRA" APAGÓ LUCES