BUENOS AIRES: LA FERIA DEL LIBRO APAGÓ LUCES |
PATRIMONIOS CULTURALES // LETRAS // Publicado el 13 de mayo de 2024 // 17.00 horas, en Bogotá D.C.
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Ayer domingo 12 de mayo apagó luces la feria del libro de la capital argentina, con discusiones, espacios grises y brillos esperados. Esto debido a que un encuentro de la magnitud de esta o cualquier otra feria similar, convoca distintas personalidades a veces reconocidas y otras en busca de relieve, con visiones diferentes y perspectivas a veces controversiales. Las principales figuras, que se dan cita para toparse con el público son autores y otros creadores e innovadores, junto con los popes circunstanciales de la industria editorial. Durante el desarrollo de este acontecimiento alrededor de la palabra escrita y su entorno, se supo del fallecimiento de Paul Auster, el autor norteamericano que no solo moldeó su obra en las letras sino también en el cine. Entre los escritores locales reconocidos se dieron cita en la Feria, Florencia Bonnelli, Laura di Marco y Jorge Fernández Díaz. Este último presentó su último trabajo, “Cora”. También estuvo en la cita de Buenos Aires la española Sonsoles Ónega. Tal como ya se sabe si bien la apertura oficial fue el 25 de abril, las puertas se abrieron al público en general dos días después, pues las primeras jornadas están por tradición destinadas al mercadeo mayorista y de expertos de la industria editorial, en forma exclusiva.
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Un día puntual entre las primeras jornadas de la feria porteña fue el 1 de mayo, en medio de la polémica por el desestimiento del presidente Javier Milei de presentar su libro dentro de la agenda ferial, esto con base en la controversia con los directivos de la Fundación el libro, responsables del encuentro anual. La polarización política de arrastre y la sospecha de una tendencia de los organizadores favorable al gobierno que fue derrotado en las urnas en diciembre del año pasado, fueron parte del tramado argumentativo para que las cosas terminaran en el paso al costado de Milei, con la polémica pública consecuente. Sumado a esto la jornada en las calles de la capital argentina fueron teatro de movilización de las centrales sindicales y de los movimientos sociales, en contra de la gestión de Milei y también cercanos a la administración anterior en lo político e ideológico. La controversia sigue viva y el mandatario argentino ya anunció que presentará su escrito “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”, en el mítico Luna Park del norte de la urbe porteña.
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Los voceros de la organización habían respondido a las quejas del gobierno señalando que desde la Casa Rosada se pidieron “…5 mil entradas gratis…”, supuesto al que los organizadores se habían negado por razones de presupuesto y al hecho de que en las jornadas iniciales la afluencia de público no había sido la esperada. A pesar de la tensión creada, la programación ferial no sufrió consecuencias y el extenso programa se desarrolló tal como fue anunciado en ese primero de mayo y en las secuencias posteriores de una agenda que tuvo a Lisboa como ciudad invitada. En la emblemática fecha señalada se celebró el llamado Encuentro de bookinfluencers, que tuvo aquí su octava edición. También hubo una secuencia de diálogos en torno a las corrientes feministas en boga, al tiempo que dentro de ese escenario se abordó la presencia de la mujer en la obra de Julio Cortázar, esto junto con el lanzamiento del libro “El Feminismo”, recopilación de textos de María Elena Walsh”, quien falleció en 2011.
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Lisboa llegó como ciudad invitada a continuación de Santiago de Chile, presente en la edición ferial anterior. En esa lista ya estuvieron La Habana, Barcelona y Montevideo. Alejandro Vaccaro, presidente de la fundación organizadora llamó la atención sobre la importancia de abrir las puertas a otra lengua, en una feria multicultural y, en particular, de voces y letras múltiples. Casi en simultánea con este relieve hacia el habla lusa, debe recordarse que la Filbo de Bogotá tuvo como presencia destacada al Brasil, con más de 60 representantes de esa cultura y la apertura del presidente Lula da Silva. Otro que estuvo en Bogotá y remató en Buenos Aires fue el porteño Eduardo Sacheri, que redobló apuesta con su última obra, “Nosotros dos en la tormenta”. Un libro intimista sobre lo que fue la guerra civil argentina de las décadas de los años 60 y 70 del siglo precedente. Dentro de la misma línea argumental estuvo la autora Leila Guerriero, quien presentó su escrito “La Llamada”, también sobre “los años de plomo” en Argentina.
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Las obras tanto de Sacheri como de Guerriero retoman aspectos de la historia reciente del Cono sur, en particular y en este caso de la argentina, en el marco de hechos que trascendieron fronteras y abarcaron incluso a países cercanos en lo inmediato, con exiliados, desaparecidos, desarraigos, rupturas familiares y la sombra tan concreta como amenazante de la muerte propia y ajena. Complejidad de acontecimientos que no excluyen confrontaciones no solo internas sino también internacionales, tal como fue el conflicto de Malvinas. Tales parábolas históricas son tomadas en este caso por la literatura desde ángulos siempre abiertos para el estudio y la creación estética, no solo literaria. Además, debe señalarse que, como en el caso de Colombia, esos acontecimientos desgarrantes de individuos y grupos que toman como referencia los creadores, siguen ocurriendo. Por ser esto así, debe estimarse que la literatura de la región estará siempre atenta al respecto. La violencia en la región sigue siendo fuente inagotable para las letras, por infortunio hasta ahora inevitable.
No solo Julio Cortázar tuvo su homenaje, también fue celebrado Adolfo Bioy Casares. Ambos hubiesen cumplido 110 años en este 2024 que corre. Un tercer homenajeado fue Joaquín Lavado, Quino, al cumplirse seis décadas de la aparición de su gran creación en caricatura: “Mafalda”. Los dos primeros fueron recordados con maratones de lectura de sus obras, en particular Cortázar, con su siempre vigente “Rayuela”. Un segmento novedoso aun cuando no sin ángulo para la crítica fue el llamado La Palabra indígena, en el que se abordó la pertinencia de la atención para las culturas ancestrales del extremo austral, entre ellas las de los pueblos mapuches, aymara y yagán. Si bien estos pueblos fueron ágrafos, están presentes aquellos que han hecho y hacen literatura de tales ancestros. El ángulo crítico apunta en especial a los mapuches de la zona patagónica, tanto argentina como chilena, debido a los conatos de violencia que en los últimos años han ejercido grupos que dicen representarlos en reclamos cuestionables (aresprensa).
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